
Estados Unidos y México firmaron un acuerdo el viernes 30 de junio de 2017 para resolver una disputa en cuanto a la azúcar y su exportación hacia la nación norteamericana.
El acuerdo, originalmente anunciado el 6 de junio, tiene la finalidad de prevenir que México exporte grandes cantidades de azúcar y perjudique el mercado estadounidense.
Los productores y refinadores estadounidenses de azúcar recibieron el acuerdo con los brazos abiertos, no obstante, los economistas han advertido que el acuerdo podría aumentar los precios para los consumidores de azúcar americanos.
Los refinadores de azúcar estadounidenses se han quejado de que México exportaba azúcar refinada de bajo costo a EE.UU y por ende limitando las exportaciones de azúcar cruda para ser refinada en la nación.
El acuerdo incrementa el precio al cual la azúcar cruda y refinada es vendida a las procesadoras mexicanas y también reduce las exportaciones de azúcar de México hacia EE.UU.
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