
El gobierno venezolano afirma que el “bloqueo financiero” que supone las sanciones aprobadas la semana pasada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impedirá pagar importaciones básicas como comida y medicinas, que ya escaseaban muchos meses atrás, antes de las medidas de Washington. Las sanciones, aplicadas en un decreto la semana pasada, prohíben a los bancos estadounidenses proporcionar más dinero al gobierno o a la petrolera estatal PDVSA. También prohíben que la filial estadounidense de PDVSA, Citgo, envíe dividendos de vuelta a Venezuela. Sin embargo, no afectan al financiamiento de la mayor parte de las operaciones comerciales, como los envíos de petróleo venezolano, del que Estados Unidos es el mayor comprador.
Aun así, al privar a Maduro de las divisas que necesita, las sanciones hacen más probable que Venezuela deje de pagar su deuda, o reduzca los pocos productos que aún importa a tasas oficiales. El gobierno y PDVSA tienen unos 4.000 millones de dólares en deudas que vencen antes de final de año, pero sólo 9.700 millones en reservas de dinero extranjero.
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